En Argentina, las autoridades nucleares se desviven por parecerse a las norteamericanas. Su argumento es clásico: en Estados Unidos hay cientos de reactores similares a Atucha II y siguen funcionando sin problemas.
Sin embargo, esta es media verdad. La otra mitad es reveladora. Los residuos nucleares de las plantas del norte todavía no encuentran solución. El intento de depósito en la montaña Yucca ha fallado geológicamente y la concurrida ciudad de Las Vegas (apenas a unos kilómetros) se encuentra amenazada por contaminación de sus cursos de agua.
Esta zona es altamente sísmica: entre 1976 y finales de los 90, se han detectado 600 temblores de 2.5 o más en la escala Richter. Esto permitiría a las aguas percolar en los depósitos radiactivos. El Estado de Nevada ha protestado sin tener respuestas. Cualquier similitud con el intento de basurero nuclear en Gastre es pura coincidencia.
Para ser más gráficos, durante la operación, las barras de combustible nuclear llegan a alcanzar valores de 15.000 millones de curies. Aún en las piletas de Atucha o en los silos de Embalse (de 5 metros de alto y casi 3 de diámetro), los combustibles gastados presentes allí contienen niveles de radiactividad mortales. Y se sabe que estos contenedores no durarán por siempre.
Cada método tiene sus fallas. En el almacenamiento en piletas, el nivel de radiactividad está llegando casi a los niveles del núcleo del reactor activo. Cualquier falla en las bombas de agua que alimentan las piscinas o cortes eléctricos pueden dejar de cubrir los combustibles y elevar el nivel de radiactividad a un punto mortal para los trabajadores que las vigilan. Los accidente de Dresden, Minnesota y Michigan son testigos.
En cuanto a los silos en seco, luego de pasar 5 años en piletas, no son más seguros. En 1996, una explosión por hidrógeno hizo que un silo se moviera varios centímetros en una planta nuclear. En 1998, la armada norteamericana comprobó en Maryland que un misil anti-tanque era capaz de atravesar un silo.
Comparadas con el cambio climático, hablamos de verdaderas bombas de tiempos para el presente y legados mortales para las futuras generaciones. En cientos de miles de años, los niveles de radiactividad seguirán siendo altos.
¿Qué piensa que sucederá en nuestro país?
Para acceder al informe, dirigirse a: http://www.nirs.org/mononline/nm643.pdf
La Hormiga Atómica
domingo, 24 de febrero de 2008
Otra vez Atucha y van...
El fin de semana pasado, la central nuclear Atucha I volvió a salir de servicio. Como sabemos, los barones del átomo son celosos de la información y el gobierno reza a todos los santos porque menos centrales salgan de servicio y ayude el clima.
Resulta paradójico que ni siquiera CAMMESA haya informado de la situación. Aún así, se los podemos confirmar: Atucha I salió de servicio el domingo 17 y volvió el martes 19 de febrero. Shhh. Silencio. Los nucleares escuchan.
A su servicio.
La Hormiga Atómica
Resulta paradójico que ni siquiera CAMMESA haya informado de la situación. Aún así, se los podemos confirmar: Atucha I salió de servicio el domingo 17 y volvió el martes 19 de febrero. Shhh. Silencio. Los nucleares escuchan.
A su servicio.
La Hormiga Atómica
jueves, 24 de enero de 2008
VOLVIMOS
Queridos/as amigos/as: a pedido del pueblo, volvemos más acidos que nunca. Siempre con el rigor de investigación que se merecen. Nos seguimos bloggeando.
La Hormiga Atómica
La Hormiga Atómica
Peleas de gallos atómica
Luego de la reciente publicación de corrupción en la Comisión Nacional de Energía Atómica (para más info, ir a http://www.sigen.gov.ar/Downloads/359111328125/INF0460200700W.PDF), los barones del átomo no dejan de generar novelas para el periodismo amarillista.
En el sitio http://www.elclubdelapeleanuclear.blogspot.com/, los nucleares no dejan de sacar los trapitos al sol, mostrando la decadencia que se viene observando hace décadas, tanto en la faz dirigencial como sindical.
Como sería demasiado extenso detenernos en cada comentario (que no se priva de presentaciones judiciales, servicios del rubro 59 de cualquier tipo y negociados varios con amigos y conocidos), los dejamos en su aventura.
PD: No se pierdan el cometario del secretario general de CNEA, acusado de corrupción, amenazando a los bloggers.
La Hormiga Atómica
En el sitio http://www.elclubdelapeleanuclear.blogspot.com/, los nucleares no dejan de sacar los trapitos al sol, mostrando la decadencia que se viene observando hace décadas, tanto en la faz dirigencial como sindical.
Como sería demasiado extenso detenernos en cada comentario (que no se priva de presentaciones judiciales, servicios del rubro 59 de cualquier tipo y negociados varios con amigos y conocidos), los dejamos en su aventura.
PD: No se pierdan el cometario del secretario general de CNEA, acusado de corrupción, amenazando a los bloggers.
La Hormiga Atómica
Licenciadas para matar
No se trata de 007, ni es una película. Son las centrales nucleares, las perfectas asesinas de la vida acuática a su alrededor.
Las centrales nucleares emplean entre 150 y 200 mil litros de agua por minuto para sus sistemas de enfriamiento. En el camino, la temperatura sube más de 15 grados centígrados de lo normal. La consecuencia: millones de pequeños organismos necesarios en la cadena alimenticia de mares y lagos, peces y 4 especies de tortugas son aniquilados, ya sea por atascamiento o absorción por parte de los sistemas de la central.
Para acceder al informe, dirigirse a: http://www.nirs.org/reactorwatch/licensedtokill/licensed2kill.htm
Una vez dentro, la fauna marina es atrapada y ahogada por los filtros de descarga. Otros permanecen en agua caliente sin luz ni oxígeno o son pulverizados por los condensadores hasta que son liberados.
Incluso la EPA (agencia de protección ambiental de Estados Unidos) ha mirado para otro lado a la hora de denunciar o proteger la vida marina. A tal punto se ha llegado que organizaciones ambientales de aquel país tienen una demanda en curso por el tema.
En cuanto al organismo regulador, funciona casi como el argentino: presiona a la entidad oficial marina para que no se meta en el tema. Lo mismo sucede respecto a las autoridades de agua y fauna, que ya han advertido a los reguladores.
Sin embargo, la falta de vergüenza no termina allí. En Estados Unidos, la industria nuclear invierte millones de dólares en avisos que ratifican que “la vida marina se lleva bien con las centrales nucleares”.
Aún así, desde 1998 la entidad que regula la publicidad le dice a los operadores que saquen las publicidades de todo medio.
Más de la mitad de los reactores norteamericanos tienen este funcionamiento, ¿Pasará esto en Argentina?
¿Qué sucede que ni los entes municipales, provinciales y nacionales no investigan el tema?
En el caso norteamericano, se denunció a la empresa PG&E, la misma que contaminó a la población con cromo en la famosa película “Erin Brocovich”. ¿Dónde están las “Erin Brocovich” argentinas?
La Hormiga Atómica
Las centrales nucleares emplean entre 150 y 200 mil litros de agua por minuto para sus sistemas de enfriamiento. En el camino, la temperatura sube más de 15 grados centígrados de lo normal. La consecuencia: millones de pequeños organismos necesarios en la cadena alimenticia de mares y lagos, peces y 4 especies de tortugas son aniquilados, ya sea por atascamiento o absorción por parte de los sistemas de la central.
Para acceder al informe, dirigirse a: http://www.nirs.org/reactorwatch/licensedtokill/licensed2kill.htm
Una vez dentro, la fauna marina es atrapada y ahogada por los filtros de descarga. Otros permanecen en agua caliente sin luz ni oxígeno o son pulverizados por los condensadores hasta que son liberados.
Incluso la EPA (agencia de protección ambiental de Estados Unidos) ha mirado para otro lado a la hora de denunciar o proteger la vida marina. A tal punto se ha llegado que organizaciones ambientales de aquel país tienen una demanda en curso por el tema.
En cuanto al organismo regulador, funciona casi como el argentino: presiona a la entidad oficial marina para que no se meta en el tema. Lo mismo sucede respecto a las autoridades de agua y fauna, que ya han advertido a los reguladores.
Sin embargo, la falta de vergüenza no termina allí. En Estados Unidos, la industria nuclear invierte millones de dólares en avisos que ratifican que “la vida marina se lleva bien con las centrales nucleares”.
Aún así, desde 1998 la entidad que regula la publicidad le dice a los operadores que saquen las publicidades de todo medio.
Más de la mitad de los reactores norteamericanos tienen este funcionamiento, ¿Pasará esto en Argentina?
¿Qué sucede que ni los entes municipales, provinciales y nacionales no investigan el tema?
En el caso norteamericano, se denunció a la empresa PG&E, la misma que contaminó a la población con cromo en la famosa película “Erin Brocovich”. ¿Dónde están las “Erin Brocovich” argentinas?
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